Nicolas Sarkozy, presidente de Francia de 2007 a 2012, encarcelado.

¿Se imaginan que pudiéramos juzgar a los políticos chilenos por corrupción? ¿Quedaría alguno libre?

Actualidad21/10/2025Kameron DrakeKameron Drake
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Nicolas Sarkozy, presidente de Francia de 2007 a 2012Gobierno de Francia

El expresidente francés Nicolas Sarkozy comenzó el martes su condena de cinco años en una prisión de París, la primera vez en la historia moderna del país que un jefe de Estado es encarcelado.

Al salir de su domicilio esta mañana, Sarkozy saludó a amigos y simpatizantes que gritaban su nombre y cantaban el himno nacional francés. Después se dirigió a la prisión en coche, escoltado por un convoy policial.

“Es un día aciago para él, para Francia, para nuestras instituciones, porque este encarcelamiento es una vergüenza”, dijo a los reporteros que estaban frente a la prisión uno de sus abogados, Jean-Michel Darrois.

Sarkozy fue declarado culpable de conspirar para obtener financiación para su campaña presidencial de 2007 del gobierno del coronel Muamar el Gadafi, ex hombre fuerte de Libia, y el mes pasado se le impuso una condena de cinco años.

Pocos observadores esperan que cumpla toda la pena, pero su condena ya ha suscitado un intenso debate en el país. Los jueces implicados en el caso han sido objeto de ataques en las redes sociales, y algunos han recibido amenazas de muerte, según el presidente del Tribunal de Apelación de París, Jacques Boulard.

Sarkozy, un exabogado que ascendió rápidamente en la política francesa, es conocido por su energía combativa y su agudo ingenio. Desde que dejó el cargo en 2012, ha conservado influencia tanto dentro de su propio partido conservador como con el presidente Emmanuel Macron, a quien apoyó públicamente durante las últimas elecciones presidenciales de 2022.

El presidente Macron no ha comentado el veredicto, pero dijo en las redes sociales tras la condena de Sarkozy que los ataques contra los jueces eran “inaceptables”.

Sarkozy, quien también ha sido despojado de la Legión de Honor, la más alta distinción de Francia, se mantiene firme en su inocencia y ha apelado el veredicto.

Será confinado en una celda de La Santé, una prisión del sur de París. Sébastien Cauwel, jefe de la administración penitenciaria, dijo el martes en una entrevista en la radio que, para garantizar su seguridad, se le pondrá en régimen de aislamiento.

“Seguiré denunciando este escándalo judicial, este calvario que sufro desde hace más de diez años”

dijo Sarkozy el martes en las redes sociales.

La semana pasada, en una reunión con sus amigos y colegas más cercanos, Sarkozy, que es en parte de ascendencia judía, se comparó con Alfred Dreyfus, el capitán judío del ejército detenido en 1894 por falsos cargos de espionaje, según los medios de comunicación franceses. “El final de la historia aún no está escrito”, dijeron que afirmó.

Sarkozy se ha visto envuelto en varios juicios de gran repercusión desde que dejó el cargo y ha sido declarado culpable de corrupción, tráfico de influencias e infracciones de los gastos de campaña en casos distintos.

Este caso es grave y más complejo.

Aunque a Sarkozy se le concedió cierto tiempo para poner en orden sus asuntos antes de su encarcelamiento, los jueces añadieron una disposición especial a la sentencia que impide que sea puesto en libertad aunque recurra la sentencia.

Sus partidarios denunciaron la decisión como una degradación innecesaria para un ex jefe de Estado que no presentaba riesgo de fuga. Un informe del Ministerio de Justicia mostró que, en 2023, en el 89 por ciento de los casos en que una persona fue condenada a más de dos años de prisión, como Sarkozy, los acusados fueron encarcelados inmediatamente.

François-Xavier Bellamy, legislador del partido conservador Los Republicanos (LR) en el Parlamento Europeo, calificó el resultado del juicio de “veredicto político”. Geoffroy Didier, vicepresidente de Los Republicanos, dijo que reflejaba un claro intento de “humillar” al expresidente.

Emmanuel Macron se reunió con Sarkozy el viernes pasado, según informó su oficina. El mandatario ha dicho que era “normal a nivel humano” reunirse con un predecesor en tales circunstancias, pero reiteró que no se pronunciaba sobre el veredicto.

La protesta de Sarkozy por su condena ha reavivado un debate más amplio sobre la independencia judicial, después de que Marine Le Pen, la líder de extrema derecha, que fue condenada en abril por malversación de fondos y se le prohibiera presentarse a cargos públicos durante cinco años. En aquel momento, sus partidarios acusaron a los jueces de manipular los procesos electorales.

En un editorial, el diario francés Le Monde advirtió de que la reacción de Sarkozy estaba alimentando “una desastrosa trumpización del debate en Francia”, en un momento de creciente presión política sobre el poder judicial en todo el mundo.

El apoyo público a Sarkozy creció en los días previos a su encarcelamiento. El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, dijo el lunes en una entrevista en la radio que sentía “mucha tristeza” por Sarkozy y que lo visitaría en la cárcel. Rachida Dati, ministra de Cultura, dijo que el expresidente era “como de la familia”. Ambos han trabajado anteriormente con Sarkozy, y Dati fue ministra de Justicia cuando éste era presidente.La apelación de Sarkozy contra la sentencia se verá antes de finales de marzo.

Según otro abogado que representa a Sarkozy, Christophe Ingrain, se ha presentado una solicitud de libertad anticipada antes de que se resuelva el recurso. El Tribunal de Apelación de París tiene hasta dos meses para evaluar la solicitud, pero normalmente lo hace en el plazo de un mes.

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