Baba Yaga

Baba Yaga es un personaje del folclore y mitología eslava, una anciana con rasgos sobrenaturales que vive en el bosque y aparece en cuentos de hadas y leyendas. Es conocida por su casa que se sostiene sobre patas de pollo y por su naturaleza ambigua, a veces ayudando y otras veces perjudicando a quienes la encuentran. Muchas desapariciones de niños se le atribuyen hasta el dia de hoy.

Su Casa

Vive en una cabaña que rota sobre patas de pollo, a menudo rodeada por una valla hecha de huesos y calaveras. Vive en una choza que se levanta sobre dos enormes patas de gallina que le sirven para desplazarse por toda Rusia.

La valla de su choza está adornada con cráneos, en cuyo interior coloca velas.

La idea de una casa con patas de gallina podría derivar de las cabañas de ciertos pueblos finoúgricos[1], que las construían de esta manera para protegerse de los animales.

Para entrar en la casa, Baba Yagá dice el conjuro:

"Casita Casita, da la espalda al bosque y voltea hacia mí". 

Origenes
Los orígenes de Baba Yaga podrían remontarse mucho más allá del siglo XVII.

Existe una corriente académica que la considera un análogo eslavo de la deidad griega Perséfone, diosa de la primavera y la naturaleza.

Sin duda, se la asocia con los bosques y la naturaleza salvaje. «La esencia de Baba Yaga existe en muchas culturas e historias, y simboliza la naturaleza impredecible e indomable del espíritu femenino, de la Madre Tierra, y la relación de las mujeres con la naturaleza salvaje».

Lo que eleva a Baba Yaga por encima de las habituales brujas bidimensionales del folclore es su dualidad, a veces como casi heroína, a veces como villana, y su rica y terrenal evocación de la feminidad.

"Baba Yaga sigue siendo una de las mujeres más ambiguas, astutas e inteligentes del folclore. Inspira miedo y respeto, y a la vez admiración y deseo. Admiro su despreocupación y su independencia, incluso su crueldad, y en un mundo donde las mujeres a menudo se ven reducidas a nebulosas de inconsecuencia, es una figura que nos recuerda que somos feroces e indomables, y que tales libertades a menudo tienen un precio".